des - rejandome

Siempre detesté las rejas. Me transmiten sensación de impotencia grandísima, de estancamiento. Alguien te detiene en tu camino. Te pone una muralla para que no avances. Si nos ponemos a pensar, constantemente estamos rodeados de rejas que se imponen ante nuestra rutina.  Pero, ¿las rejas aprisionan o protegen? Las usamos como protección, pero todo depende del lugar donde nos encontremos. Dentro, o fuera.

Un animal falsamente señalado como agresivo es encarcelado en una jaula con fines de “proteger al público”, y esclavizar al ser sintiente. Al igual que suceden con las personas. Todo depende de la empatía. El lugar que ocupemos da el uso al objeto.

Todos somos a la vez prisioneros de algo, y no por eso justifica que exista otra parte protegida, sino que sucede está adiestrada para estar dormida, indiferente a los placeres de la vida. Solo porque convencionalmente alguien nos metió en la cabeza que eso estaba mal. Y esos duros hierros que nos separan de vivir plenamente, de la emoción, del arriesgarnos. Son los miedos y prejuicios que tenemos. No nos la “jugamos” por “miedo a”. Entonces surge la reja, que nos aprisiona dentro de nosotros, de nuestra vida. De hecho, los barcos nunca se hundirían si nunca salieran del astillero, pero no fue para eso que se crearon. Por eso cierro los ojos y me largo a la vida. Confiando en lo que viene, y en mi misma. Que cada minuto se pasa se lleva lo que podría haber sido mis mejores sonrisas, lagrimas y aprendizajes. Mostrándole al mundo que finalmente ninguna vida ni ningún plan tienen rejas. Porque nadie tiene más limites que el cielo. Porque el cielo es el límite. 

Sinsabores de libertad

Sabia pena. Ella debería estar hilando fino los sinsabores de la libertad cuando se le aproximó Lucas y en un segundo le mostró el mundo con sus ojos. Ella, sin embargo, no dio el brazo a torcer y devolviéndole la mirada lo enfrentó como nunca. Tal vez esta vez él entendiera que no estaba allí para cumplir sus fastidiosos caprichos patriarcales impuestos por su sociedad. No iba a permitir que nadie la ordenara, menos aún que se consideraran sus dueños. Ni siquiera el hombre con el mundo en los ojos.

Esa tarde salió por décima vez al balcón. El asunto la traía a mal traer pero no había sido aquello lo que la había llevado a su casaquinta maternal. Sino el alboroto citadino que le abrumaba el pensamiento y la separaba de Dios y le quitaba paz. Miró los caballos corriendo libremente y pensó en aquella frase de su escritor tan amado que tantas esperanzas le dio algún día. “Las emociones son caballos salvajes”. Y ella los había liberado más que nunca. Le dio su última  pitada a su cigarrillo y lloró como no lo hacía en tanto tiempo. Esta vez fueron lágrimas de alma. Se abrazó a si misma tan fuerte que su crucifijo se le clavó en el pecho, solo se tenía a si misma, y debía estar más unida con su ser.

Al fin y al cabo, todos nos tenemos solo a nosotros mismos.

El precio de la libertad sería pagada con sangre de alma pero le devolvía la mayor paz del mundo. Se sintió orgullosa de ella misma y comprendió por un segundo el sentido de su vida. Y entonces soltó su carcajada más grande. Y rió. Entonces rió más que nunca. 

Cada vez rompemos más corazones y menos respaldos de camas..

Se ve que entendimos todo mal.

Hay días en los que tan solo se necesita..

Un poco de Ibuprofeno para el alma 

Mujer libérate !

Quien ama no aprisiona, quien ama confía y libera. Librera el alma, para que esta vuele en búsqueda de su destino, de nuevos aprendizajes, aventuras, felicidad.. en busca de más vida. Mas mantiene el corazón colmado de amor. Tal vez no sea el mejor ejemplo para hablar de amor, si nunca me enamoré. Pero sí puedo hablar de libertad, porque soy una mujer libre;  que ama a sus amigos, que quiere a un hombre. Pero que no aprisiona. Si bien somos humanos y en algún momento nos sentimos inseguros, debemos aprender a confiar en nuestro alrededor. Sí confiar, mas ser precavidos. No entiendo aquellas relaciones donde se tejen mentiras. Tampoco entiendo la dominación sobre otras personas en base a amenazas y aún peor me parece la aceptación de tantas otras. Bajar la cabeza y hacer caso. ¿Dónde quedó tantos años de lucha por la libertad? Es simple: donde hay engaños, no hay amor. ¡Y esto que no me lo discuta nadie! Porque la belleza de este es justamente mostrar nuestra verdadera alma y amar la semejante.

Me siento confundida, no sé si deba ir... no sé qué haré. Soy consciente de que si voy ya no te encontraré, que las cosas han cambiado y que nada es igual ni volverá a hacer igual que antes. Pero al menos estar donde estuviste, caminar por esos caminos, tocar los árboles que fueron testigo de tu presencia, al menos todo eso logrará en mi corazón un sentimiento que me llene, que me conforme. Porque es verdad, al estar ahí, aún siento que estás conmigo, a mi lado. Sin embargo, el mundo real me llama, y las responsabilidades, la realidad se impone más en mi vida. ¿Pero de qué mundo real hablamos? Siempre viví en mi propio mundo, con mis pies mucho más allá del piso. No sé que es la realidad en verdad. Te extraño tanto, tanto. Que haría hasta lo imposible para volverte a tener conmigo. Últimamente estás en mis sueños más que lo normal, aunque sé que ya no volveré a vivir el bonito pasado que se impone en mi pensamiento una y otra vez. Por otro lado, tengo que disfrutar aquello antes que se pierda, antes que lo pierda, y entonces será demasiado tarde, como ya lo es con vos.

Me gusta  seguir mis impulsos, las corazonadas. Me gusta ir hacia donde me lleve el viento, pero con un rumbo claro: mi corazón. Y este sentimiento no culmina, y nunca va a culminar. Porque te llevo conmigo y con solo dejarte una flor sería feliz. Porque la distancia te ata, y las responsabilidades también. Pero sigo sintiendo amor por vos, y nunca lo dejaré de sentir. Porque elijo siempre el camino que siento, más que el que pienso. Porque elijo hacer aquello que amo, que abre mi pecho y me hace ir más allá de la realidad.

Delirios randoom

No te olvides nunca, en ningún momento de quién sos, de cuál es tu esencia, tu misión… Es lo único que te ayudará a mantener los pies sobre la tierra en momentos en los que sientes que todo está volviéndose fuera de control. Es lo único que te ayudará a mantener la calma, la sonrisa, todo tu ser.

La maldita duda vuelve a mí, ese miedo que me invade cuando todo está marchando más que bien, cuando tus expectativas son confirmadas una vez más, una partecita de tu cerebro pone en duda todo lo bueno. Es real esto? Y entonces, me pierdo. Como una niña entre miles de personas atareadas caminan a su alrededor solo logrando marearla. Miro el globo en mi mano, lo tengo conmigo, pero aún así existe ese miedo que explote, o que vuele..

Es esto lo que quiero para mi vida? Esa pregunta está todo el tiempo en mí, para asegurarme si llego el camino correcto. Momentáneamente sí,  soy consciente de que al menos, quiero todas las cosas que quiero en mi vida, y las que no tengo las atraigo, y así todo funciona en un perfecto equilibrio.

Dudo, lo que yo busco está en otro lado. Cómo sabes que eso es verdad? Nunca te paso de estar buscando eternamente algo que tenías en la mano? Es simple, muchas veces deseamos algo y por creer que es difícil de obtenerlo nos olvidamos mirar aún más cerca de nosotros, y entonces no lograrnos darnos cuenta que aquello está allí, frente nuestro esperando ser tomado por nosotros

“No te olvides nunca que son tus sueños los que logran mantenerte en pié”.

Dentro de mi se dividen dos mundos, totalmente distintos. Y dentro de cada mundo tengo deseos que se contradicen entre sí, entonces me pierdo. Sueño mi vida de un modo acá, y de otro allá, aunque no logro identificar cual es en realidad el sueño más intenso. Sin embargo mi realidad es en un tercer mundo donde viven elementos de ambos otros. La sociedad dice que es causado por mi signo, yo digo que vivo en una demencia feliz, que soy una linda loca libre.

Y entonces te conocí, porque era el destino, porque Dios te puso en mi camino, porque necesito aprender nuevas cosas, o porque fue una casualidad más de la vida y era algo inevitable.

“Bendito el lugar y el motivo de estar ahí, bendita la coincidencia”.

Y aunque cada vez estás menos en mi cabeza, pude entender que hay personas que en la vida es mejor perderlas que encontrarlas, aunque piensen que te hacen bien. Pero la verdad es que es necesario borrar de tu presente todo aquello que estorba, para dejar que venga a ti lo que de verdad mereces y esperas.

Ya ha pasado casi un año, y aún todo sigue igual. Vos en mis pensamientos, en mi corazón, en mi alma en mi mente… con mi amor, y yo en tu olvido, en tu indiferencia total. Cuánto tiempo más tendrá que pasar para poder borrarte definitivamente de mi vida? Para poner punto final a todo esto? No puedo, simplemente no puedo dejar de pensar en vos. Te amo con toda mi alma, y estas muerto, enterrado en el olvido, a manos de una persona que odio con todo mi ser porque me ha quitado la luz de mi vida, y esa persona no sos más que vos mismo. Con sentimientos encontrados trato de borrarte de aquí, y no puedo encontrarme con mas que una fila larga de recuerdos que esperan ser examinados uno a uno en el correr de cada día mío. Y yo sigo aquí, preguntándome: por qué no te lo dije antes de tu partida? Por qué nunca llegaste a enterarte de mi amor hacia ti?

Procura siempre que tus palabras sean suaves y dulces. Por si algún día tienes que tragártelas.

Cuestiones

¿Qué duele más: tener el corazón herido por haber amado mucho, o tener el corazón vacío por no haber amado nunca? ¿Cuál de los dos merece más la pena vivir? ¿Hasta que punto es buena nunca haber sufrido? ¿Acaso no es el dolor lo que nos vuelve más humanos, más tolerantes, y con más capacidad de ponernos en la piel del otro? Y acaso, ¿no es buena la empatía? Y si todos tenemos la capacidad de amar, ¿por qué existe gente que nunca lo ha hecho? 

No se trata de inteligencia, se trata de sentimientos.

“No se puede amar a una persona de la que se depende en cualquier sentido. La odiarás, porque es la causa de tu dependencia: sin ella, no puedes ser feliz. Esa persona tiene la llave, y aquel que tiene la llave de tu felicidad es tu carcelero. Los amantes se pelean porque creen ver que el otro tiene la llave y que es el otro quien puede hacerles felices o infelices. Sin embargo, una vez que saben que tú y el otro son cada uno fuente de su felicidad respectiva, pueden compartir esa felicidad. Esto ya es otra cosa; no dependen del otro, y pueden compartir, pueden celebrar juntos el sentimiento. Eso es lo que significa el amor: celebrar, compartir... y no desear algo del otro ni explotar al otro”.

Osho

No, no lamento nada. Ni el bien que me han hecho, ni el mal. Todo eso me da igual

Eso esta pagado, barrido, olvidado. ¡Me importa un bledo el pasado!

Con mis recuerdos hice una fogata, mis penas mis placeres, ya no los necesito.

Barrido los amores, y todos sus temblores, barridos para siempre, vuelvo a empezar de cero.

Cuando alguien te hable mal, devuélvele una frase amable y una sonrisa. Es una buena manera de diferenciarse de ella. Hablar mal de alguien, habla mal de uno. La mejor manera de darse a entender, es mostrando la paz de tu vida, ella habla por sí sola. 

Frente a mí, una página en blanco. ¿Qué será lo que vendrá? La brisa de verano me mima, acariciándome el cabello suavemente, en mis oídos la melodía perfecta para relajarme y hacer un corto pero intenso viaje con mi imaginación. Aroma a parra, recuerdos de mi niñez en la casa de mi abuela, de sus manos que aún arrugadas, para mí eran las mejores. De sus abrazos. Parecía que está presente ahora mismo, convertida en brisa.

Son las tres de la tarde, todos duermen y el silencio, apenas interrumpido por el canto de las chicharras, inunda el lugar. El piso decorado con estrafalarias baldosas irrepetitivas y únicas, se va secando lentamente con el intenso y caluroso sol. Sobre mi espalda caen pequeñas gotas de la lluvia anterior que, reservadas y escondidas en las copas de los árboles, encuentran el momento perfecto para dejarse ir ayudados por la brisa. Refugiada bajo la sombra de la parra, pongo mis muñecas en el canasto de una vieja motocicleta, y me trepo a ella. Apenas las piernas me dan para subir. Y ya en el asiento, no puedo llegar a los pedales. Con mi mente me imagino miles de situaciones, miles de paseos y conversaciones. Pierdo la razón del tiempo, me divierto por horas de la manera más simple, y soy feliz. No hay teléfonos, ni celulares, mucho menos compromisos que interrumpan el momento; el sonido de mis pensamientos que conjuntamente con el canto de las aves forman la melodía perfecta que da paz, y que a la vez acompaña el futuro recuerdo que quedará grabado para siempre en mi memoria. No soy consiente de ello todavía, pero estoy elaborando uno de mis tesoros más preciados que irán a ser guardados en la pequeña caja tan valiosa que poseo dentro de mí, y aquella a la que titulo “Ayer”